Por Gustavo Sánchez (@Gusharris76)
¡Qué lejos hemos quedado de entender el dicho de “Roma no se construyó en un día”!
Y es que en un mundo cada vez más globalizado, donde los segundos duran menos y el hambre de información y por tanto de resultados es mayor, construir un proyecto parece algo utópico y atípico.
El futbol no es la excepción, y el mexicano muchísimo menos, desfiles de entrenadores, jugadores y directivos lo constatan. Tan solo en el último torneo de la Liga Mx fueron nueve directores técnicos los que tomaron la línea de salida pero no terminaron al frente de sus equipos. Nombres tan desconocidos como el de Beñat San José, Marcelo Mendez o Leo Ramos hasta los rimbombantes Javier Aguirre, Ariel Holan y Santiago Solari dejaron sus lugares a falta de los resultados.
Curiosamente no en todos los casos quienes los sustituyeron cambiaron la historia, sin embargo, uno muy particular es el Fernando Ortiz con el América. El Tano llegó para enfrentar a Monterrey (vaya broma del destino) en la jornada 9 del Clausura 2022, y por si el “capricho” fuera poco, lo hizo en la cancha del gigante de acero en donde perdió por dos a uno, y aun así aquel partido quedó la sensación de que lo pudo ganar. Aquel fue solo el primer paso para salir del fondo de la tabla y que terminó el en el cuarto lugar general.
Lo realizado por Ortiz en la labor de “bombero” fue tan llamativo que la mayor parte de la afición, jugadores y directiva apostaron por la continuidad del argentino, quien exhibió su novatez en la semifinal ante Pachuca (aunque a eso podriamos ponerle matices) donde además de él hubo jugadores que no estuvieron finos y que sus desatenciones cambiaron la historia.
¿Por qué cuento todo esto? Por que me llama la atención que tras el resultado de derrota ante Monterrey por la jornada dos del torneo y con solo quince juegos dirigidos, hoy se quiera correr a quien antes se le entregó la confianza del equipo. Porque no me explico como hay analistas y aficionados que se rigen por el resultado inmediato y dejan de lado otro tipo de cosas tan simples como la observación y el desarrollo del juego en donde por momentos (muchos) América dominó a rayados en su casa, estadio donde por cierto los resultdos no se han dado, no de ahora, sino desde siempre.
Es inegable que Fernando Ortiz es un entrenador que apenas comienza su carrera y que le faltan muchas horas de vuelo, esas que se adquieren con el correr de los minutos y los partidos, pero con trece partidos dirigidos el balance es mucho más positivo que negativo. Ahora bien, el proyecto debe respirar, los refuerzos asentarse, el equipo sacarse los vestigios de la pretemporada y los jugadores poco a poco encontrar su mejor versión.
Exigir la salida del técnico cuando apenas van dos jornadas y te has enfrentado al bicampeón y a uno de los contendientens, a los que por grandes lapsos del juego superaste, me parece hasta de risa y de cero compresión de como funcionan las cosas en el futbol mexicano. Hoy Fernando Ortiz participó en el diseño de esta plantilla y él fue quien diagnosticó las carencias, dejemos que trrabaje y que demuestre que lo del torneo anterior no fue casualidad y como dice el título de este escrito: paciencia, constancia y persistencia serán las claves para volver a ver al América campeón, de otra manera, será prácticamente imposible pues ningún proyecto exitoso surgió de la noche a la mañana.
Mientras, que la pelota siga rodando.